jueves, 12 de agosto de 2010

Educacion de la voice...

Emisión de la voz

La capacidad de expresión y comunicación a través de la voz, es una de las características distintivas y exclusivas del ser humano. Desde que se nace, se adquiere con admirable rapidez la automatización de los mecanismos que intervienen en la expresión verbal del lenguaje. Por esto, la educación de la voz, debe iniciarse lo más tempranamente posible con el fin de mejorar el rendimiento de las cualidades sonoras de que se dispone y potenciar así, la capacidad expresiva del ser.

La incorporación de hábitos adecuados en cuanto a la postura corporal, la respiración, la impostación hablada y el higiene corporal, se hacen muy necesarios para la producción de una voz limpia, una voz que corre por los distintos registros sin dificultad, que es capaz de proyectar en cualquier condición, que es expresiva en cualquier situación, que es rica en matices, que no se agota por el uso y que posee una buena dicción.

“La voz es sobre todo un instrumento de comunicación. Y no es sólo para comunicar contenidos, también es el vehículo de expresión de los afectos. Los docentes tenemos la oportunidad de cautivar la atención de nuestros alumnos jugando con la voz, enamorándonos de nuestra voz. A través de un tono y ritmo adecuados podemos llevar la clase a un estado de calma y relajación, sin por ello perder autoridad. O podemos despertarlos si notamos que pierden atención. Crear un personaje. Sentir que estamos interpretando el papel de otro y cambiar nuestro tono de voz en la sala. Podemos ser magos o cantantes o lo que queramos.” Ana María Meza. Profesora de canto.

Postura corporal

El control de la postura tiene como finalidad, reducir el uso muscular inadecuado que repercute directamente sobre la respiración, la articulación y la emisión. Estar mal sentado, leer en voz alta con la cabeza gacha, hablar fuerte o suave sin apoyar o impostar, entre otras, son todas actividades musculares inadecuadas.

Las técnicas de relajación, por ejemplo, permiten descubrir las posibles tensiones musculares y comenzar la tarea de distensión. Por esto además, es importante mantener en general una actitud relajada del cuerpo, ya que una respiración libre de tensiones es la materia prima de la voz.

La relajación de la musculatura implicada directamente en la fonación tiene la finalidad de lograr independencia y control de los movimientos. La práctica vocal exige una clara conciencia de la musculatura que interviene en el habla, y de que el uso tenso de esta, puede afectar la buena emisión de la voz. Aunque son muchos los músculos que entran en acción, se destacan el diafragma, el cuello, la mandíbula, la lengua y los labios.

Relajación

La relajación es una técnica que permite combatir la tensión nerviosa, nos hace tomar conciencia de nuestro propio cuerpo y en especial de aquellas partes que generalmente no ejercitamos como los dedos de los pies y manos, labios y cuello.

Los ejercicios moderan la presión sanguínea y el ritmo cardiaco, además, eliminan los estados de tensión muscular. Existen algunas zonas donde se acumula la tensión de manera inconsciente (pies y columna vertebral).

Ejercicio Nº1

1. De pie, de espaldas a la pared, pies firmemente anclados en el suelo. El peso del cuerpo descarga en los dos pies por igual, con los talones separados unos diez centímetros y los pies abiertos ligeramente en forma de V.

2. Estirar la curva inferior del cuerpo ajustando las caderas contra la pared.

3. Estirar la curva superior, metiendo la barbilla y deslizando el cuello y espalda hacia la pared. La curva central se ha estirado al aproximar a la pared las otras dos. En esta posición, separarse unos centímetros de la pared y sentir la sensación de caminar erguidos.


Ejercicio Nº2

1. Sentados, columna recta, brazos caídos.

2. Tensar de manera progresiva los puños, antebrazos, brazos, hombros y cuello. Elevar los hombros con gran tensión. Destensar los músculos al mismo tiempo, a la vez que descendemos los hombros.

Ejercicio Nº3

1. De pie con el tronco recto y manos juntas detrás del cuerpo.

2. Dejar caer la cabeza hacia delante, sin inclinar el tronco ni forzar la inclinación (20 veces).

3. Dejar caer la cabeza hacia atrás por su propio peso con la mandíbula relajada (20 veces).

4. girar la cabeza hacia el hombro izquierdo (la oreja tiende a tocar el hombro). Regreso a la vertical. Igual hacia el hombro derecho.

5. tronco y cabeza derechas, dejar caer la cabeza hacia delante. Iniciar movimiento de rotación izquierda, derecha hasta punto de partida. Repetir rotación en sentido contrario.

6. Mover hombros arriba y abajo, al frente y atrás, en forma circular.

7. Brazos arriba y en puntillas alcanzar el techo.


Ejercicio Nº4

1. De pie con las manos en la nuca.

2. Llevar los codos hacia delante hasta quedar paralelos. Llevarlos hacia atrás hasta quedar en cruz.


Ejercicio Nº5

1. Sentados hombros derechos y brazos caidos.

2. Inclinar tronco hacia delante, hasta tocar el suelo con los dedos mientras expulsamos el aire. Levantarse.

3. Lentamente inspirar, pausa y espirar.


Ejercicio Nº6

1. Sentados en el suelo, piernas juntas, tronco erguido, brazos verticales paralelos palmas hacia adentro.

2. Girar tronco a izquierda hasta donde sea posible sin curvar. Regreso al ce. Sentados adoptamos la postura del cochero. La cabeza cuelga abajo entre las rodillas, los brazos hacia los costados por sobre las piernas.

Ejercicio Nº7

1. Sentados adoptamos la postura del cochero. La cabeza cuelga abajo entre las rodillas, los brazos hacia los costados por sobre las piernas.


2. Con los ojos cerrados comenzamos a exhalar e inhalar profundamente en forma rítmica y pausada. "Todo el cuerpo cuelga" (la lengua suelta como un trapo).


3. Luego tomamos un "hilo" de aire con la sensación de que vamos a inflar nuestra cabeza. Cuando la tengamos completamente llena, soltamos bruscamente todo el aire. Repetimos la experiencia con nuestros pies, manos y todo nuestro cuerpo.


4. Podemos masajear suavemente nuestra cabeza frotando las yemas de los dedos sobre nuestro cuero cabelludo.


5. Una vez relajados completamente subiremos lentamente el tronco, adoptando la posición inicial (lo último que sube es la cabeza).


6. Sentados correctamente y equilibrando nuestra cabeza, nos incorporamos lentamente. Girar tronco a la derecha y regreso (20 veces).

No hay comentarios:

Publicar un comentario